Venezuela, cuarto año de carrera de psicología clínica y unas prácticas por delante. La vida y sus circunstancias llevaron a Mónica Fraca a experimentar de cerca las necesidades de las personas que padecían cáncer. Pasar tiempo a su lado, conocer sus historias, inquietudes y deseos, le hicieron darse cuenta de sus carencias, pero sobre todo, de su magia. Una magia que creó tal inquietud en su interior, que la llevó a especializarse en dicho ámbito y encontrar al fin su vocación.
El apoyo, el acompañamiento y la ayuda a pacientes oncológicos, así como a sus familias, terminó de llenar a nuestra psicóloga explorando un campo falto de atención. Acompañar a los pacientes al final de la vida es una etapa dura pero enriquecedora. Una etapa que le abrió los ojos de cara a los niños y su falta de comprensión con respecto a la enfermedad. Así surgió la necesidad de ayudar a los niños a entender e incorporar en su pequeño mundo asuntos, que para entonces, eran de mayores. Ayudarles a preguntar libremente y sin miedo todo aquello que quieran saber, porque la información, tanto en niños como en adultos, siempre ayuda y tranquiliza. Porque vivir con la incertidumbre, el miedo o la falta de comunicación hace que el sufrimiento sea mayor.
¿Por qué crees que es tan importante este cuento para los niños?
Es muy importante para los niños porque la incidencia de cáncer es muy alta. Uno de cada 4 hombres y mujeres tiene cáncer a lo largo de su vida. Esto hace que los niños sean personas que van a tener relación con la oncología en algún momento de su vida, como sus padres, abuelos, compañeros, profesores, etc. Por ello es fundamental que podamos explicarles que existe la enfermedad, en qué consiste, cuales son los efectos secundarios, y sobre todo, lo más importante, que los niños nos puedan preguntar todas aquellas dudas que tengan, porque los niños no son ajenos a la realidad que les acontece constantemente. Si los mantenemos al margen o les ocultamos información, lo único que vamos a conseguir es que sufran.
La idea del cuento es transmitir a los niños una enfermedad muy complicada a través de un lenguaje comprensible, ilustraciones y preguntas. Todo ello para facilitar y fomentar la interacción y manifestación por su parte. La finalidad es que entiendan e incorporen lo que significa la enfermedad y las pérdidas que esto conlleva.
También se trata el tema de la muerte de un familiar… ¿cómo has conseguido transmitir esos sentimientos hacia un público tan pequeño?
La muerte es una idea muy difícil de transmitir a un niño porque es una situación irreversible, y muchas veces, en el pensamiento del niño, la idea de irreversibilidad no existe. Pero es muy importante que los niños conozcan y sepan que, en la naturaleza, los seres vivos nacen y mueren. En el cuento intento explicarlo a través de la muerte del padre de una de las protagonistas, representándolo con una estrella o cualquier lugar u objeto importante que siga teniendo un significado especial para nosotros. Es fundamental que luego cada familia pueda explicarle al niño/a, según sus creencias y valores, dónde están aquellas personas que nos faltan y de qué forma pueden despedirse – escribirle una carta, hacerle un dibujo, decirle algo, etc.-
Vivimos muy de espaldas a la muerte y si aislamos a los niños de esta situación, es peor para ellos. Tiene que manifestarse como una idea de que ha sucedido y no hay marcha atrás. No vamos a volver a ver a ese ser
querido, pero sí que puede ocupar un sitio en nuestra vida que cada familia tiene que elegir cuál va a ser.
¿Cuál es la idea principal que quieres que deje huella en tus lectores?
Si tuviese que elegir una, sería que hay que comunicar siempre a los niños lo que está sucediendo. De una forma adecuada a su edad y momento evolutivo a través de un lenguaje correcto para que lo puedan comprender. Es importante también buscar un momento en el que se disponga del tiempo suficiente para explicar las cosas con calma y bien.
La enfermedad es una situación que nos toca vivir, necesitamos poder comunicarla y siempre va a ayudar a los niños. Es vital que no les dejemos fuera, porque entonces los sentimientos de culpabilidad, rabia, impotencia o tristeza van a ser mucho mayores.
Otra idea importante que me gustaría remarcar es que la enfermedad nos puede enseñar muchas cosas permitiéndonos momentos de risa, de normalidad, y momentos de compartir tiempo con las personas que queremos.
Si pudieras resumir tu cuento en una frase…
Me lo pones muy difícil, pero si tuviera que escoger una frase que resumiera mi cuento sería: “El dolor con amor, duele menos”